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lunes, 14 de marzo de 2011

Sube el telón


Acto primero:
en una pradera sagrada de parajes nunca antes vistos y aun por descubrir, vivían el hombre y su mujer... esta de hecho es atrapada por la belleza golosa del pecado encarnado en fruto, prohibido para él y ella, su prohibición se hizo su anhelo, su anhelo su perdición, y la perdición su legado...

Acto segundo:
descendientes de ésta pareja de pecadores discuten sus diferencias en un periodo de desorden, en una edad tan oscura y sucia encontraron salvación en doctrinas implementadas y divinas... inspiradas en la verdad dividida por razas y repartida por "según convenciera".

Acto tercero:
las diferencias se hacen demasiado evidentes como para ignorarlas, y se disparan las harmas modernas para salvaguardar la herencia sagrada, las ideas en las cuales creemos se hacen razones para morir con honor, y la sangre ya no se ve guardada en compartimientos de carne y hueso, hay discusiones entre continentes y mas aun entre sus países, todavía entre los estados y el propio pueblo se enfrenta a si mismo...

(Muchos actos después y perdiendo el numero con el tiempo)

Acto incógnita:
todos cesan de disparar y entre la pólvora y la sangre solo yacen vivos hermanos, hay relativa paz por décadas y décadas... la suficiente como para olvidar
Y olvidamos el significado de la obra y el curso de ésta en si...
nos hacemos tan tontos y despreocupados que después de todo lo que pasamos reescribimos el libreto dejándolo exactamente igual, solo cambiando el nombre de éste...
y empezamos de nuevo...
Acto primero:
la mujer y el fruto...

4 comentarios:

  1. Así somos, asi seremos y nunca nos daremos cuenta.
    Excelente crítica de la sociedad Edu ;)

    Además muy original la estructura.

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  2. Narras muy bien la obra Eduardo...el hombre se ha encargado de transformar el hermoso paraiso en el mas horrible centro de batalla en donde gana la ley del mas fuerte...

    Feliz inicio de semana, recibe un abrazo grande

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  3. Que tristeza, y sin tratar siquiera de cambiar...

    Un saludo enorme, Eduardo.

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  4. Uf, que bueno!!!!!!

    Humanos somos, en definitiva...

    Beso

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