Seguidores

domingo, 12 de diciembre de 2010

Convivencia




Una vez dije una estupidez y Marta se molesto, lo curioso es que no me di cuenta de que era una estupidez hasta 5 minutos después de que ella ya había fruncido el seño y aferrado su vista la de la lastima barata. Me he dado cuenta de que la inteligencia de la mujer no es mas que la carga simultanea de muchas contradicciones a los variados errores a los que nos lleva la testosterona… y la “intuición femenina” es la capacidad de entender al hombre y saber que estamos equivocados…

Al saber que estamos equivocados ellas se dieron la reputación de las que tienen la razón, con el simple acto de llevarnos la contraria, las peleas por el liderazgo son juegos negociables para quienes saben que somos débiles por ellas, y por eso mismo Marta no llego a gritarme hasta estar lo suficientemente segura de que la amaba demasiado como para no volarme del lugar con su primer gruñido de comandante... y precisamente porque “la ame” es que estoy metido en este lio, en años anteriores habría salido con 5 chicas almenos 8 veces mejores que ella. Siempre me han gustado con pechos grandes y buena cintura, pero siendo Marta la que me asfixia aun así me quedo con ella.

Esa maldita tapa del baño que bajo cientos de veces al día, siempre aparece arriba y por supuesto como único hombre en la casa el culpable siempre soy yo y va de nuevo ese regaño matutino…

Desearía tener almenos mi baño, recuerdo que podía salir de la ducha y abrir los ojos sin tropezar la cara con lencería cubriendo mi rostro, claro que mi baño se ha vuelto su altar, en donde uno solo de mis cabellos seria un sacrilegio, pero su maquillaje que mancha las paredes y deja la habitación oliendo a burdel tan solo es el ligero retoque que le hizo a mi ambiente hostil de apartamento.

Hace tiempo yo era el hombre de su vida, con quien compartiría sus sueños y aspiraciones y con el que cumpliría todas sus metas… ahora soy un error constante, mis amigos son unos idiotas alcahuetes y mi madre es la bruja a la que tenemos que visitar los domingos para que sepa que aun no estamos muertos.

Y su vida es una constante en la mía, compartiendo hasta las decisiones mas personales. Como a que hora me bañare, cuanto puedo tardar en regresar del trabajo y hasta SI DORMIRE O NO EN LA CAMA…

¿Como llegamos a parar a esto? ¿Que paso con el hombre que es la cabeza del hogar y con las mujeres que son fieles amas de casa que se ocupan de las necesidades de su marido? Pues obviamente era un estereotipo trillado de cómo seria la familia americana ideal, y debajo de esa mascara de antifeminismo estaba la verdad escondida.

No puedo escribir demasiado ya que la luz le molesta así que debo acostarme temprano para no molestar a “la señora”, mañana me divorciare de esta bruja y saldré con mis amigos a emborracharnos y buscar mujeres.

Apago las luces, me desvisto y me acuesto a su lado, abrazo su tibia espalda y le doy un beso en la mejilla.
-Sabia que te acostarías temprano
Me dice con su sonrisa de satisfacción y con los ojos cerrados, ella sabe que esta al mando.
Al mirar aquel blanco rostro con el que llevo durmiendo unos años, me di cuenta enseguida de que la amaba locamente, tanto o mas que cuando la conocí. Puede que el día de mañana sea igual al de hoy y quizás eso no sea tan malo, siempre y cuando termine durmiendo a su lado, seria un verdadero infierno si no la tuviera

5 comentarios:

  1. Amigo mío, hazte a la idea...ninguna mujer será nunca ni como tu esperes, ni como tu quieras, aunque ahi radica su encanto.
    Aunque pueda llegar a ser, en muchas ocasiones, desquiciante.
    Un saludo! Y suerte!

    ResponderEliminar
  2. Bueno, a find de cuentas, tampoco los hombres serán nunca lo que nosotras esperamos y queremos, ni siquiera serán lo que muestran ser en las primeras semanas o meses de convivencia.

    Para mí, que lo que ocurre es que la confianza da asco, aunque a veces, ese asco sea exquisito.

    Por cierto, cuando una mujer pide a un hombre que se acueste temprano, no es porque quiera imponer su criterio y autoridad, sino orque desea y necesita tenerlo junto a su piel para dormir en el paraiso.

    Saludos

    ResponderEliminar
  3. Y si... El odio y el amor son sentimientos afines. Nada alejados el uno del otro. Algo muy distinto sería la indeferencia. La convivencia puede ser algo terrible... Me encantó

    ResponderEliminar
  4. Vicent tienes mucha razón, en las diferencias radica el encanto...
    Narci probablemente tu comentario es el criterio que mas quería sacar a relucir, si te pones a pensar es mas una pequeña comedia acerca del viejo matrimonio y si saque el punto de vista masculino es porque soy un hombre, pero mas que eso soy una persona que ha amado y sabe reconocer el equilibrio que le da la mujer a una relación que necesita de ambos para mantenerse a flote (siempre me ha encantado tu forma de pensar)
    y juan pues si en realidad la indiferencia no es un punto agradable, es preferible tener sentimientos claros y directos sean amorosos o de resentimiento.

    ResponderEliminar
  5. Que bonito :) pequeños detallees asi , como dormir a su lado , darle un beso en la megilla .. son los que te hacen darte cuenta de que realmente quieres a alguien y a los que se les da importancia .. lo demas queda en un segundo plano .. o eso pienso yo .. que ingenua .. en fin :) me gusta mucho lo que escribiste , un besiño.

    ResponderEliminar