Es difícil pensar en las efemérides como un día santo, más difícil aún ignorar el clásico testimonio de amor y amistad que suele declarar su estallido en febrero…
Sabes se dice que luego de la muerte de Cristo un emperador llamado Claudio II sumergió a la nación en una guerra constante, y con la idea de que las mujeres distraían a sus soldados prohibió el matrimonio… un sacerdote llamado Valentino en plena conciencia de esta política opto por su creencia en el sentimiento romántico y inicio una jornada de matrimonios clandestinos, ilegales, secretos y profundamente pasionales, al enterarse de esto el emperador ordeno la ejecución inmediata de Valentino un 14 de febrero bajo las puntas de las flechas…
Es curioso, pero el pensar que este simple hecho pudo convertir a un hombre en santo, te hace reflexionar enormemente acerca de la importancia relativa del amor verdadero. Si un hombre… sépase un padre instruido bajo la religión cristiana, pudo sacrificar su vida para defender el pleno amor. ¿Porque nosotros cuyo único sacrificio es el del boto de eterna devoción no podríamos?
Hoy 14 de febrero confieso estar verdaderamente enamorado por primera vez en toda mi vida. Suena mentira al escuchar de oídos sordos. Pero ¿que sentido tiene mentir cuando la verdad es tan excitante como esta?... Te amo
Con cada destello de poesía de mis labios pretendo enamorar tus oídos, tu corazón, tu mentalidad exquisita e irreverente, Desearía vivir en esa época para denostarte que me casaría contigo… aun cuando significara perder la vida, “hasta que la muerte nos separe” o nos una en la eternidad.
He cometido errores al igual que todo hombre, e callado, lo suficiente como para decir más de la cuenta, pero debes saber que hoy más que nunca, no desearía estar en ningún otro lado que no sea aquí contigo.
Mientras lees o escuchas esta carta… mientras respiras con tu corazón agitado, mientras sigas mirando así, justo con ese reflejo…
Todo seria más fácil con un par de señales… después de todo y de nada habría que asaltar a la aflicción un poco.
La vida debería tener fecha de caducidad, justo de bajo del lado derecho inferior del corazón, de donde nacen los sueños.
El cerebro una pequeña barra de memoria, para no extralimitar los recuerdos, en medio de el botón de “resetear”
Dios debería tener un manual... la biblia esta de mesiado desactualizada para el siglo XXI y se han inventado unos quinientos centenares de pecados nuevos.
¿Como actualizar el idealismo?
El amor debería tener una palanca de apagado… si, de esas de las que en plenas vías del tren, cuando no podría ir más rápido agita los asientos de los pasajeros advirtiéndoles que la ruta no es la correcta, una vez que todo queda patas arriba por ese brusco estallido de alto… retroceder es solo el comienzo de una nueva jornada.
La nostalgia se auto recarga sola del enchufe del sentimiento gris, la alegría ya no es el orgasmo espontaneo que yacía de mes en mes, y si después de perder, las oportunidades se vieran tan solo un poco mas claras… quizás daríamos la taya a lo que queda de vida.
No es falta de oraciones, ni de fe, es el poco alivio sano que surge del pleno entendimiento del ángel, los pies serian mas inútiles si aprendiéramos a volar ¿y sin pies como aterrizaríamos? viviríamos en las nubes.
No necesito una llamada que me diga que moriré, ni una señal para detenerme antes de caer, ni un par de golpes para recordarme que estoy vivo.
No necesito un infierno ni un eterno amanecer, ni el perder a quien amo para valorarla como es, no necesito los sueños para despertar, ni despertar para saber que estoy soñando, ni necesito oxigeno artificial proveniente de un tubo, ni las migrañas nocturnas por tanto trabajar, ni la pereza de la tarde cuando me hundo en vaguedad.
Solo están mis letras y la conciencia que poseo, y los intermitentes susurros del amor a orillas del oído, màs la tristeza suficiente para nunca dejar de inspirar… y la alegría acumulada patente de deseos fucsias.
Y un Dios que acompaña aunque nunca le mires la cara, o la simple compañera que sirve mis tasas de tè, y ni el frio que se esfuma atreves de la ventana podrá cortar mis dedos que someten a las teclas.
Esa es la señal que necesito para comenzara escribir…
Es preciso decir… que caen bajo el mismo ruido y el carmesí adormecido del fluido de tus venas es la piedra en el zapato del descalzado Cupido a vísperas de noche buena, en plena época de febrero
Una mujer conoce el amor. En los brazos de su madre que acompañada con el hombre que sembró en si tal fruto el primer romance del alma es el familiar, diamante en bruto
Una mujer niega el amor. Cuando difumina las mentiras que luego de tachar con sangre sabanas que nunca se lavaran recordara con nostalgia un día
Una mujer finge el amor. En la almohada de terceros cuya única misión es la de quebrantar el sueño ahogar la conciencia en penas.
Una mujer mira el amor. Con carcajadas de diva con celos de paparazzi y anhelos de éxito solitario
Una mujer hace el amor. Como la última vez en su vida nunca llora, nunca ríe, como cuando està por nacer natalidad de pasión desbordada
Una mujer crea el amor. Lo nutre en su pleno vientre y quiebra los filtros sanguinos interrumpiendo su jornada son claras las referencias de su reflejo patente.
Y cabezas pequeñitas que ahora llenan en su almohada ya el amor es diferente, y la mujer enamorada.